¿Qué esperar cuando el cáncer regresa?

El cáncer ha vuelto, y con él la conmoción y el miedo que acompañaron tu primer diagnóstico. La incertidumbre también ha regresado, y te preguntas acerca del próximo tratamiento oncológico. Tranquila, respira, no estás sola.   

El temor que sientes es normal; hay quienes dicen que el segundo diagnóstico de cáncer puede ser más inquietante que el primero. Puede regresar en el mismo lugar que comenzó, o podría regresar en otra parte del cuerpo.

Cuando se ha propagado a otra localización, conserva el nombre de la parte del cuerpo donde se originó. Por ejemplo, el cáncer de próstata podría manifestarse, en un segundo momento, en los huesos y, sin embargo, hablamos de recurrencia de cáncer de próstata.

Existen muchos tipos de recurrencia, por ejemplo:

  • Local, que significa que el cáncer ha vuelto a aparecer en el mismo lugar donde se originó.
  • Regional, que quiere decir que la enfermedad regresó a los ganglios linfáticos cercanos al lugar donde se originó.
  • Distante, que significa que el cáncer ha vuelto a aparecer, pero en otra parte del cuerpo, a cierta distancia de donde inició (a menudo en los pulmones, hígado, huesos o cerebro).

Entonces, ¿cómo afrontar la recurrencia de esta enfermedad?

La recurrencia del cáncer vuelve a despertar muchas de las mismas emociones que sentiste cuando recibiste tu primero diagnóstico, entre ellas:

Aflicción: Cuando finalizaste el tratamiento por primera vez, retomaste tu rutina y, después de semanas, meses o años; la enfermedad ya no parecía quitarte el sueño. Por eso, las emociones ahora están a flor de piel.

Inseguridad: Es posible que dudes acerca de las decisiones que tomaste en el pasado respecto de tu experiencia con el cáncer, pero ten certeza de que hiciste lo mejor que pudiste. Concéntrate en tu situación actual, tendrás más claridad mental.  

Ira: Puede ser que estés enojado con tu médico por no eliminar la enfermedad. O puede que pienses que todo aquel sufrimiento no valió la pena. Acepta la emoción, reconócela y, luego, déjala ir. No se trata de buscar culpables, no vale la pena.  

Fatiga: Es normal que sientas que no puedes volver a afrontar el cáncer. Ya sea que temas a los efectos secundarios o a decirles a tus familiares y amigos que ha vuelto. Tómate tu tiempo, seguro que puedes asimilarlo, además, no estás sola.

Es probable que los mismos mecanismos de afrontamiento que usaste durante tu primer diagnóstico funcionen ahora. Pero también podrías necesitar de nuevas herramientas, así que levanta la mano y pide ayuda, eso es de valientes.

Y aunque parezca irónico, esta vez le llevas ventaja al cáncer. Ya lo conoces y puedes anticiparte a algunos de sus golpes bajos:

La información es poder: Sabes más acerca de la enfermedad, eso puede ayudar a reducir tu ansiedad. Pero, sobre todo, identificas perfecto los efectos secundarios del tratamiento, úsalo a tu favor y prepárate para la batalla.

Has entablado relaciones: Conoces muy bien a tu médico, a las enfermeras, a otras pacientes, así que estás en confianza. Es verdad que nadie quiere que el cáncer regrese, pero tienes que encontrar al menos un para qué, al menos un aspecto positivo.

Ya sabes qué necesitas: Sobre la base de tu primera experiencia, ahora identificas mejor tus emociones, si necesitas tiempo a solas o compañía de alguna persona en especial. Tienes cierto control sobre lo que sientes.

Estoy segura de que no será fácil, de que el camino tendrá sus obstáculos, pero también sé que quien ya atravesó una vez el cáncer, tiene una fortaleza tan grande que sale a la luz una y otra vez. ¡Tú puedes!


Referencias:

La vida después del tratamiento. (18 de julio de 2014). American Cancer Society. https://www.cancer.org/es/tratamiento/supervivencia-durante-y-despues-del-tratamiento/bienestar-tras-el-tratamiento/la-vida-despues-del-tratamiento.html

Cuando el cáncer regresa: cómo afrontar la recurrencia del cáncer. (3 de marzo de 2020). Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/cancer/in-depth/cancer/art-20044575

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