Los métodos para la detección del cáncer de mama y el cuidado de nuestra salud son diversos, sin embargo, la mastografía es considerada el único método para la detección oportuna del cáncer de mama y ya averiguaremos el porqué.
Seguro te estás preguntando qué es la mastografía. Pues veamos, la mastografía o “mamografía”, no es más que un estudio de rayos X de la glándula mamaria, este es realizado por médicos especialistas mediante aparatos llamados “mamógrafos”, con los fines de ubicar cualquier signo de cáncer de mama en sus etapas iniciales.
Es recomendable que este estudio de rayos X sea llevado a cabo una vez se hayan cumplido los 40 años de edad y hasta los 69 años, incluso sin tener signos ni síntomas de cáncer.
El objetivo de la mastografía es el de detectar anormalidades en las mamas que no se pueden percibir mediante la observación o la palpación. En pocas palabras, señales o síntomas que, en muchos casos, escapan a una simple exploración de las mamas.
No hay duda que el autoexamen es útil para detectar cualquier tipo de formación extraña (bultos o nódulos), secreción por el pezón o cambios en la piel; en general, sirve para alertarnos e identificar cualquier cambio en el área interna y externa del seno que pudiera suponer la aparición de signos de cáncer de mama.
Sin embargo, también debemos tener en cuenta que la mastografía, como cualquier otro estudio clínico, es una herramienta con sus limitaciones. Y vamos a explorarlas.
Mediante la mastografía se busca detectar anomalías en los tejidos del seno que, con el tiempo, puedan transformarse en problemas.
Se pueden llegar a descubrir pequeñas masas. Por ejemplo, para que un médico pueda detectar un nódulo o “bolita” en una exploración clínica de mamas, necesariamente debe tener al menos un diámetro de aproximadamente un centímetro.
Por lo tanto, los nódulos de menor tamaño son prácticamente imposibles de detectar a través del tacto y, por supuesto, tampoco se notan a simple vista.
En cambio, la mastografía revela con claridad formaciones extrañas de tan solo un milímetro de diámetro, lo que es aproximadamente el tamaño de una arenilla, sin duda alguna, algo que pasaría desapercibido en una exploración de mamas.
Ahora bien, de aquí en adelante surgirán una serie de interrogantes que, por supuesto, serán oportunamente respondidas. Empezando por ese aparato donde se realiza la mastografía llamado “mamógrafo” o “mastógrafo”.
¿Qué es un mastógrafo?
El mastógrafo es el dispositivo o aparato médico que, mediante imágenes de rayos X de dosis bajas, se utiliza para detectar cualquier tipo de tumores y quistes, así como para ayudar a diferenciar entre las enfermedades benignas (no cancerosas) y las malignas (cancerosas).
Durante la mastografía, el mastógrafo debe ser capaz de producir una imagen que identifique las estructuras de la glándula mamaria, es decir, tejido glandular, la grasa, calcificaciones, entre otros.
Es así cómo se podrá llegar a visualizar y detectar fases tempranas de lesiones que puedan suponer alguna formación anormal de un tejido nuevo o una formación de carácter tumoral, benigno o maligno.
La función del mamógrafo es facilitar la identificación y descarte del cáncer de mama.
Distintos tipos de mastografías
- Mastografía de exploración. Se puede decir que son rayos X del seno utilizados para detectar cambios en las mamas de las mujeres que no llegan a mostrar ninguna señal de cáncer de mama. Lo más común es que incluya dos rayos X de cada seno.
- Mastografía de diagnóstico. En este caso, se trata nuevamente de rayos X del seno empleados para diagnosticar cualquier tipo de cambios inusuales en el seno, tales como un bulto, dolor, engrosamiento o secreción del pezón. Inclusive, la mastografía de diagnóstico llega a detectar cualquier cambio producido en la forma o el tamaño del seno.
Cabe destacar que una mastografía de diagnóstico también se usa para evaluar anomalías detectadas en una mastografía de exploración.
La mastografía en general, se constituye como un elemento médico básico, y es el indicado en la investigación de los cambios del seno, independientemente de la edad de la mujer.
Desde hace aproximadamente unos 30 años que se está empleando este estudio como un método para la detección del cáncer de mama y, en los últimos 15 años, los adelantos técnicos han mejorado enormemente, tanto la técnica como los resultados de la misma.
Gracias a estos avances tecnológicos, hoy en día se producen estudios que son de alta calidad brindando la mínima exposición posible a la radiación, por lo cual, los riesgos de la mastografía se consideran mínimos. ¡Así que no hay nada que temer!
¿Cómo se realiza la mastografía?
Comúnmente, una mastografía es un examen que se realiza de manera ambulatoria. A pesar de que cada hospital cuenta con protocolos específicos, normalmente el procedimiento sigue los siguientes pasos:
- La paciente deberá describir cualquier síntoma o problema al radiólogo antes del examen, si es que existiera alguno. Deberá informar si se encuentra embarazada, si cuenta con implantes de seno o está amamantando.
- La paciente se retira la ropa de la cintura hacia arriba y se le proporcionará una bata para cubrirse mientras pasa al mastógrafo.
- La paciente es colocada en la unidad de mastografía, ya sea sentada, de pie o incluso acostada.
- La mama se coloca entre dos placas de la unidad de mastografía, y se procede a aplicar presión para comprimir el tejido, la molestia es temporal, nada grave.
- Se le solicita a la paciente que aguante la respiración durante unos pocos segundos mientras para evitar cualquier movimiento.
- El técnico procederá a tomar la imagen.
- Se pueden llegar a tomar al menos dos rayos X de cada seno, desde las posiciones superior y lateral para así producir las placas con el objetivo de observar las características de la mama desde diferentes ángulos.
- Después de tomar los rayos X, se le solicitará a la paciente que espere durante un corto período de tiempo hasta que el radiólogo pueda revisar las placas a fin de decidir si es necesario realizar tomas adicionales.
¿Cómo debo prepararme para el examen?
Las recomendaciones para el día que se llevará a cabo tu examen son las siguientes:
- No programes tu mamograma de exploración para la semana anterior a tu período menstrual si tus mamas normalmente están sensibles durante este tiempo. El mejor momento para realizar un mamograma de exploración es una semana después de tu período.
- No utilices desodorante, perfume, talco o cualquier otro producto químico en el área del seno y las axilas, puesto que el uso de estos puede llegar a oscurecer las imágenes perjudicando el análisis de los resultados.
- Para mayor comodidad y mejor desenvolvimiento, recomendamos utilizar preferentemente ropa de dos piezas y fácil de retirar.
- Evita todas las joyas y accesorios.
- Notifica al médico (y/o radiólogo) si estás embarazada, cuentas con implantes de seno o te encuentras amamantando.
¿Duele?
Mientras se lleva a cabo la mastografía, el seno se coloca entre dos placas plásticas; estas se encargarán de ejercer un poco de presión sobre tu seno para así exponer la mayor cantidad de tejido posible. Se trata solo de una ligera molestia, no dolor.
A continuación, tu seno será comprimido levemente durante unos pocos segundos para cada placa de rayos X. La compresión del seno es necesaria a fin de obtener la mejor imagen con la menor cantidad de radiación.
Después del examen se pueden retomar de inmediato las actividades normales, pues, la incomodidad dura apenas unos cuantos segundos.
¿Por qué debo realizar el examen?
La mastografía se realiza con los fines de examinar a las mujeres sanas en búsqueda de cualquier signo de cáncer de mama. Si lo realizas cada año o dos años, según indique tu médico, contarás con imágenes útiles para comparar e identificar cambios en el tejido mamario.
Además de la mastografía, los exámenes clínicos llevados a cabo por el médico mediante la palpación de las mamas y la autoexploración de estas, son importantes para la detección del cáncer de mama.
Existen diversas recomendaciones generales para la mastografía, el examen clínico y la autoexploración de senos. Aún así, resulta importante que consultes con tu médico personal la frecuencia con la que deberás hacerte un examen de cáncer de mama.
Las recomendaciones de los profesionales de la salud varían dependiendo de varios factores. Aquí puedes descubrir cuál es tu riesgo personal de desarrollar cáncer de mama, te tomará menos de 5 minutos.
Generalmente, se recomienda que las mujeres mayores de 20 años de edad se practiquen estos exámenes cada 3 años, mientras que las mujeres que han llegado o superado los 40 años de edad deberían llevarlos a cabo de forma anual. Pero cada organismo tiene necesidades diferentes.
¿Existen riesgos en la mastografía?
Es muy común preguntarnos si en estos tipos de exámenes existen riesgos, y de qué se tratan si es que los hay. Sin embargo, el nivel de radiación empleado en este estudio es tan bajo que casi no existe riesgo para la mujer.
Si se llegara a estar embarazada a la hora de realizar el examen para evaluar cualquier anomalía, se protegerá el área abdominal con un delantal de plomo para resguardar al bebé en gestación de cualquier tipo de radiación, por mínima que sea.
Sin embargo, en el caso de una mujer embarazada, la mastografía se realiza en casos muy específicos, regularmente se opta primero por un ultrasonido mamario. Tu doctor es quien sabrá qué hacer.
¿Cuáles son los beneficios del examen?
Como se ha mencionado, la mastografía se constituye como el examen más preciso a la hora de ayudar a detectar el cáncer de mama.
De hecho, se estima que entre el 90% y el 95% de los diferentes tipos de cáncer de mama se detectan gracias a este examen.
De esta manera, la mastografía figura como un elemento de vital importancia dado que nos permite detectar casos de cáncer de mama antes de que estos puedan percibirse mediante el examen físico.
Si el cáncer llega a ser diagnosticado de forma temprana, eso se traduce en mayores posibilidades de éxito durante el tratamiento, sumado a una mayor probabilidad de una curación.
¿Cuándo no se puede realizar una mastografía y por qué?
La mastografía es una herramienta que establece sus limitantes. Uno de estos es la no realización de esta a mujeres menores de 40 años de edad o que no hayan tenido hijos (en la mayoría de los casos), siendo una alternativa la realización de un ultrasonido de mama.
¿Cuándo tendré los resultados de mi mastografía?
Usualmente, los resultados se reciben dentro de unas cuantas semanas, aunque todo depende del lugar donde se haya realizado la mastografía. El radiólogo se encargará de interpretar la mastografía y posteriormente te enviará los resultados a ti y a tu médico.
Si han transcurrido más de 30 días después de la realización de la prueba y no has recibido informes de sus resultados, es recomendable que te comunique con el centro donde te hayas realizado la mastografía o con tu proveedor de atención médica.
¿Qué sucede si la mastografía es normal?
Lo ideal es continuar realizándose las mastografías según las recomendaciones para su caso. La mastografía adquiere mayor utilidad si puede compararse con las que se hayan hecho antes. Esto le permitirá al radiólogo o a su médico compararlas para detectar cualquier cambio en sus mamas.
¿Qué sucede si la mastografía es anormal?
Una mastografía anormal no siempre quiere decir que estemos en presencia de un cáncer de mama. Aún así, se tendrán que realizar pruebas o exámenes adicionales para que tu médico pueda tener alguna certeza al respecto.
Existe la posibilidad de que se le llegue a remitir a un médico ginecólogo o gineco-oncólogo. No obstante, esto no quiere decir necesariamente que tengas cáncer o que necesites de una cirugía, pues estos médicos son expertos en el diagnóstico de problemas mamarios.
Se realizarán pruebas de seguimiento para llegar a un diagnóstico y determinar si se trata o no de algún padecimiento maligno.
Una vez teniendo el conocimiento acerca de qué es la mastografía y habiendo explorado todas las dudas comunes que surgen al respecto, podemos afirmar que se trata de un estudio que puede salvarnos la vida.
Y, por supuesto, puede llegar a complementarse perfectamente con el ultrasonido para así brindar un diagnóstico aún más amplio y detectar cualquier tipo de lesiones adicionales.
Es el caso de pacientes con cáncer de mama detectado a través de mastografía, en los cuales el ultrasonido ha ayudado a detectar lesiones adicionales en los ganglios axilares, la piel o incluso en los músculos pectorales.
Así pues, la mastografía se ha convertido en el método de mayor elección para la detección oportuna de cáncer de mama.
Recuerda que la prevención es tu mejor protección. Acércate a tu ginecólogo de cabecera para obtener más información.
Referencias:
- La Mastografía (imss.gob.mx)
- INFOMASTOGRAFIA (cenetec.gob.mx)
- https://www.radiologyinfo.org/sp/info.cfm?pg=mammo
- http://cnegsr.salud.gob.mx/contenidos/descargas/cama/manualCtrlCal.pdf
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