Se ha hecho mucho hincapié en la importancia de la autoexploración para la detección del cáncer de mama, pero también es muy importante que conozcas los diferentes exámenes de laboratorio de los que los médicos suelen valerse para diagnosticar este cáncer.
La autoexploración puede pasar por alto algunos bultos localizados en la zona central de los pechos o, quizá, bultos muy pequeños. Además, si tienes pechos grandes, es probable que algunas zonas queden fuera de la exploración superficial. Hay que usar otros instrumentos para la detección del cáncer de mama.
Recuerda que el cáncer es curable en un 97% de los casos cuando se descubre a tiempo y, justo por eso, es importantísimo que conozcas cada uno de los exámenes de laboratorio que se usan para detectar este tipo de cáncer.
Algunos van antes o después de otros estudios, o son más invasivos. Los tipos de exámenes y la frecuencia con la que deben realizarse, depende mucho de tu edad, de tu tipo de pecho y de tu expediente clínico.
Tu cuerpo es tu templo y debes tratarlo como tal. No dejes que la pena o la desidia eviten que te realices estos estudios de manera periódica.
¿Qué se busca?
El cáncer de mama es la acumulación de células atrofiadas en una zona específica del cuerpo. Estas células impiden el crecimiento de las células sanas y, si no se les trata a tiempo, empiezan a invadir otras zonas del cuerpo a través del sistema linfático.
A esta dispersión de las células cancerosas se le conoce como metástasis. Por eso es muy importante poder detener el crecimiento del cáncer lo antes posible.
Debemos estar alerta de cualquier anomalía en nuestros pechos, desde cambios de color y forma, hasta fluido y secreciones de los pezones.
Si por tu trabajo o tu profesión estuviste expuesta a rayos X de manera prolongada, es necesario que realices de manera periódica y juiciosa algunos de estos exámenes para la detección del cáncer de mama.
Tipos de estudios para la detección del cáncer de mama
- Autoexploración. El primer paso para detectar el cáncer de mama es la autoexploración. Si conoces bien tus pechos, podrás identificar a tiempo cualquier señal de peligro: bultos, hundimientos, estrías, piel de naranja, o cambios en la forma del pezón.
- Mastografía. Las mastografías se realizan haciendo una placa de rayos x del pecho. Para realizarlo, el pecho queda expuesto y se le aplica una presión ligera, para lograr tener una mejor imagen del interior del pecho.
Es importante que sepas que este estudio para la detección del cáncer de mama sólo genera una ligera molestia. Se recomienda, regularmente, una vez al año, pero el único que conoce tus necesidades particulares es tu médico.
Existen varias dificultades inherentes a las mastografías, por ejemplo:
- Dolor. En ciertos puntos de nuestro periodo, los pechos son más sensibles y podemos sentir más dolor al realizarnos este estudio.
- Exposición a rayos x. Las mamografías no pueden realizarse con frecuencia, pues la radiación, sólo en exceso, puede desencadenar la aparición del mismo cáncer que estamos intentando prevenir.
- Malas interpretaciones. Como la eficacia de este estudio depende tanto de la densidad del tejido mamario como de la destreza de quien lo va a interpretar, a veces puede resultar en falsos positivo o falsos negativos.
- Ecografía: Las ecografías nos dan una imagen en tiempo real del interior de nuestro pecho. A diferencia de las mastografías, no se necesita radiación para hacer este estudio.
Es muy útil para la detección del cáncer de mama. Es el mismo tipo de tecnología que se aplica a las mujeres embarazadas para conocer el sexo del bebe, entre otras cosas.
- Biopsia. Cuando se detecta alguna anomalía en los demás estudios, el médico puede recomendar hacer una biopsia de la zona que, en particular, llamó su atención.
Este estudio sí es invasivo, pues implica realizar una pequeña incisión en el pecho y retirar un pequeño pedacito del tejido mamario para su posterior observación.
Es el método último y, por lo tanto, el más definitivo para la detección del cáncer de mama. Por obvias razones, no es posible estar realizando este estudio con frecuencia.
Siempre debemos consultar con un patólogo especializado en cáncer de mama para la interpretación de la biopsia.
- Estudios de laboratorio. Para ayudar al diagnóstico general de nuestro estado de salud, muchas veces el médico va a solicitar algunos estudios de laboratorio para poder diagnosticar mejor y prescribir un mejor tratamiento.
Si no quedas conforme con cualquier de estos estudios recuerda que estás en la libertad de pedir segundas opiniones, y de realizarte otra vez los estudios. Tu tranquilidad y tu salud son lo primero.
Los estudios que podrían solicitarse son:
- Análisis genético: Cuando tenemos antecedentes familiares de cáncer de mama, es muy probable que los doctores nos sugieran realizarnos un estudio genético enfocados en los genes BRCA1 o BRCA2, pues se ha demostrado que están relacionados con una mayor predisposición al cáncer de mama.
De la misma manera, algunos el síndrome de Li-Fraumeni y el síndrome de Cowden también sugieren una predisposición a esta enfermedad. No son factores definitivos, pero sí es necesario tenerlos en cuenta.
2. Hemograma completo: Este estudio es complementario a la detección del cáncer de mama. Te van a pedir una toma de sangre y esta será analizada por un dispositivo especial. El resultado es un recuento porcentual de tus glóbulos rojos, de tus glóbulos blancos, plaquetas, etc.
Falsos positivos y falsos negativos en la detección del cáncer de mama
Cada cierto tiempo, exámenes como las mastografías arrojan falsos positivos. Un falso positivo es cuando se da un diagnóstico de cáncer, pero en verdad la persona está sana.
Estos falsos positivos no siempre se pueden vincular a negligencia médica o a un aparato en mal estado. Las causas pueden ser muchas, puesto que analizar un tejido mamario no es tan fácil como lo es revisar otras zonas del cuerpo.
Una de las principales dificultades es la densidad del tejido mamario. Se dice que un tejido mamario es denso cuando el porcentaje de grasa en el pecho es menor a la cantidad de glándulas y tejido interno. En estos casos, es muy difícil ver dentro del tejido mamario.
La imagen que recibimos con una mastografía es apenas un indicativo. Lo que estamos buscando son puntos blancos, que se note que no forman parte del tejido mamario. En la práctica, las bolsitas de grasa, los quistes benignos y algunos casos de tumores benignos se ven igual que el cáncer.
Por eso es muy necesario darle el seguimiento necesario a cualquier indicio. La biopsia es el método definitivo para descartar las señales de alarma y, de manera clara, para la detección del cáncer de mama.
Además, puede ser que los estudios nos den un falso negativo, es decir que la interpretación sea errónea y realmente el paciente sí presenta algún tipo de cáncer. He aquí la importancia de realizarse los estudios con frecuencia y con profesionales de confianza.
Es muy importante que conserves tus estudios de años pasados, pues es clave que en futuros análisis los puedas comparar para notar esos pequeños cambios que pueden surgir.
Más adelante y, si tu médico considera necesario realizar una biopsia (regularmente después de una mastografía), hay algunos temas a considerar.
Si tu resultado de la biopsia es positivo y el patólogo confirma el diagnóstico, no es el fin del mundo. Debes buscar inmediatamente a un especialista, en este caso, un oncólogo que pueda valorar el estado y el área total de afectación.
Es este profesional de la salud quien podrá orientarte en cuanto al mejor tratamiento, ya sea quimioterapia, radioterapia o la ablación mamaria.
Cuando un cáncer de mama es detectado a tiempo, es mucho más fácil para el oncólogo encontrar el mejor tratamiento y pronóstico posible.
Chécate, hazte estudios y busca siempre a médicos comprometidos con tu salud. Hazlo por ti, por los tuyos y por tu futuro.
Recuerda comentarle a tu médico que la mejor forma de recibir tus análisis es de manera digital con EVA PACS

Referencias: